27 de abril de 2011

Caída libre.


Me da lástima usar una foto así de linda para escribir algo malo.

Me la venía venir. Creo que miré 56 veces por la ventana del colegio para verle solo las zapatillas blancas que se le asomaban. El corazón me latía a mil revoluciones por hora, sabía lo que me esperaba.
Es la segunda vez que me pasa que me gustaría pasar más tiempo con una persona y no puedo. Chau hueco de antojos, te vas a ir vaciando. Hola patología de mierda.
Me daba besos, me acariciaba y a la vez me decía que no me iba a dar pelota y que no quería llenarme con sus problemas a mi. No lo entendí, por primera puta vez no entendí a una persona querida. Me decía que lo putee, que si tenía ganas que le pegue pero ya le dije mil veces que con el no puedo. Tuve muchos pibes, pero con el no me sale ser la puteadora olímpica. Me seguía acariciando las manos.
Por primera vez le di un consejo esos de los que se sienten, me contestó pero no me acuerdo qué. Estaba haciendo fuerza para no largar un llantito de shock. Me daba besos en los cachetes. Me pregunto si yo quería dormirme con sus mimos otra vez, no le contesté, parecía apropósito. Me agarraba los cachetes.
Le expliqué porque fumaba, y me preguntó si me podía sacar el atado y el encendedor. Mientras yo se los daba le dije, "me sacas a Facu, los cigarrillos... ¿algo más me vas a sacar?" Me contestó con un te los dejo si queres...
Me pidió perdón mil veces.
Me cansé de mirarlo a los ojos y decir me voy por dentro mio, y me fui.

Lo extraño un poco. Lo extrañaba antes y ahora también, con más fundamentos.