19 de marzo de 2012

Una poema, lágrimas y el eterno drama.


'Aquí lloro con cándida inocencia
una tarde de abril en la que la ausencia
cortó de un golpe nuestra alegría,

Diciéndome al marcharme que volviera,
lo más antes posible que pudiera
pues, sino de dolor moriría...'

No sé cuando a mis ojos le podrías dar el placer,
el placer de volver a vernos,
el mismo de acariciarte y volver a recordarte.

No sé, no sé mi amor que hacer o dejar de hacer.
Mira, el destino seguro que nos tiene muchas sorpresas
pero eso de esperar... no sé.

No dejo de preguntarme que nos depara el mañana,
si más dolor o un reencuentro costero,
mis esperanzas van y vienen,
pero tu recuerdo solo se va...

No sé de vos, menos de mi
y de nosotros ni hablar...

Sólo sé que no sé nada dijeron y,
sigo siendo una ignorante del amor
aunque el mejor maestro seas vos.

Qué triste y penosa estoy
porque tu sonrisa ya no recuerdo hoy,
de suspiros e imágenes puedo recordarte
solo de eso mi amor.

'Aquél tiempo tan plácido y florido,
que a tu lado viví soñando'
Ni blanquinegro ni a color, mi amor ya no lo recuerdo.

Sólo sé que, tengo mucho miedo
a extrañarte toda una vida,
a no perdonarme por soltarte la mano,
tengo miedo de buscarte y no encontrarte,
de volverme loca porque ya no me quieras más.