3 de noviembre de 2013

Glass thoughts

Mi discapacidad emocional es increíble. Esa pseudo patología adolescente la leí en algún lado y no me la puedo sacar de la cabeza.
¿Qué necesito? o sino, ¿qué mierda me sobra? Algo produce un desequilibrio en mi vida y cada vez que aparece o desaparece me desmorono.
Tardo en llegar a ese punto donde sé que necesito y quiero estar bien y no llorar todo el tiempo. Soy una persona hecha de vidrio. Me quiebro. Es repetitivo, una montaña rusa de pensamientos y alteraciones. Siguen un ciclo y necesito cambiarlo. Denme pastillas o un cerebro nuevo.
Necesito pensar desde otros puntos, mirar un poco el sol, cariño. Empezar a buscar alguna distracción, la facultad me produce rechazo, el día anterior ya empiezo a imaginarme lo mal que la voy a pasar sentada en una silla rodeada de persona que no tienen ni una mínima idea lo que soy y lo que mis ojos dicen. No nos miramos a los ojos, y si por casualidad lo hacemos, desviamos la mirada porque tenemos miedo a ver el alma del otro.
Estoy sola,  quiero estar en paz conmigo.
A veces pienso que necesito vacaciones, o mejor dicho otro ambiente y gente diferente. Calor, sol, luna y una brisa. Dormirme ahí, hoy y despertar ayer. Infinito. Necesito llevarme puesta una sonrisa, achinar los ojos.

Cuantas veces dije 'necesito'. El problema pasa si no necesitase nada realmente.