1 de diciembre de 2011

Un pozo de preguntas, ¿un charco de respuestas?

Y no sé si se puede tener emociones fuertes todo el tiempo o si se puede sentir lo terso de la rutina en la eternidad. No sé si debo esperar algo; simplemente vivir con el viento o soñar hasta el sol. Sé en dónde quiero estar pasado mañana, pero hoy... hoy estoy perdida y un poco olvidada. No sé manejar el tiempo, pero ojalá tuviera esa maldición.
No Conozco el limite de una mente, ni siquiera el comienzo de la mía. No sé si mi cabeza va a seguir siendo así de retorcida. No creo que cambie la manera repulsiva de verme, de caer y de querer seguir cayendo. Tampoco sé si algún día me voy a aceptar. No sé si otro día voy a confesarme la verdad que sé, pero no quiero saber. Podría creer en mi, pero no sé si debo hacerlo.
No tengo demasiados propósitos porqué levantarme a la mañana, debe ser también por eso que hace mucho que no me levanto llorando o riendo de un sueño. Las últimas noches solo fueron para dormir, llanamente para dormir y descansar. Ni siquiera el sueño más evidente afloró después del desayuno, ningún recuerdo ni sensación de ello. Y eso no me gusta, no soy así. Porque vivo de mis sueños, hasta a veces vivo en un sueño o sueño que vivo...
Sólo sustos, suspiros y quejas.
No quiero seguir, pero tampoco quiero terminar. Se trata de arriesgar y ganar... triunfar y alcanzar lo deseado. Arriesgar y perder... perder carne, piel y hueso.

Solo sé, lo único que sé, es que me queda mucho que aprender y que responder. No me queda más que una larga travesía.