30 de agosto de 2011

Calor para mejillas rojas.


Recien, con alas de inspiracion, vino a mi un diseño para pintar, de los buenos que pocas veces bajan a mi cabeza. Obviamente lo plasmé a papel, anote los materiales y busqué el pobre objeto que dentro de poco será deformado. Lo interesante y lindo es que con esa idea vino, una sensacion de verano (hice algo parecido el verano pasado). Me hizo extrañarlo tanto.
El empezar a anhelar el sol, las musculosas, sentarse en el pastito calentito a tomar unos tereré, sentir el viento que entra por la ventana cuando dormís, el ruido del ventilador sin aceite. Primavera, verano ¿porqué no te apuras?.
Sí, me gusta más el frío: ropa acumulada, acurrucamiento, engordas y no se nota, las hojas secas, narices coloradas, y esas cosas de invierno.
Pero que sé yo... quiero sentir calor, hacer esas cosas que nada más tiene lugar en el sol de las 3 de la tarde (eso conlleva también a que halla vacaciones).
En mi imaginación, en mi cabeza ya tengo varios planes para querer cumplir ahí, en los calores. Es lo que hago siempre, con mi mente viajo a donde quiero estar, y me escapo del hoy. Un respiro. Asique estan en invierno, y yo pintando mi verano.