22 de septiembre de 2011

"No te metas"

Parece nomás, que el valor de las palabras equivalen a la edad del que las suelta.
Mal no nos vendría escuchar a los más chicos. Sus palabras simples, su forma de ver todo desde abajo, un sueño, una mirada. Para matar nuestro realismo y poder levantar un poco los pies del suelo. Evitaríamos las arrugas, por ende las cremas anti-age. Los cigarrillos, puteadas. Tampoco para tanto no?
Pero esto viene porque así me siento. No realista y arrugada, sino no escuchada por los demás, por los más grandes. Porque todavía no cobro mi propio sueldo, ¿no puedo tener razón?.
Debo admitir que soy igual a ellos, observopiensopiensomiro, me callo. Pero aunque a veces no tenga ganas o piense que es una estupidez, escucho. Si son pronunciadas, las palabras tienen valor.
 Los llevo como ejemplos, y por ése error explotamos y enchastramos las paredes con órganos y puteadas.
"Estamos hablando los grandes" Creo que si me escucharan, o por ahí leyeran un par de líneas, se sorprenderían de las palabras, y de cómo las uso. O también pueden llegar a pensar que necesito un psicólogo, lo más fuking probable. 
Respiren sol, y buena vida.