14 de octubre de 2013

Hay que crecer

Hay que escribir, hay que crecer. Hay que aprender, hay que decidir.
Es un proceso, cada cosa lo es. Es un proceso no pensar, y sus consecuencias son el curso más lento.
Otro proceso es pasarla bien porque hay que pensar, pero no tanto!       no te hundas, porque la vas a pasar mal y... es otra cosa volver a pasarla bien.
Decidí y maneja. Sin licencia, con cambios. Pero nadie avisa si dobla o frena, ni siquiera si tenes una aplanadora sin frenos atrás tuyo. Cagaste.
Es obvio que vamos a tener un destino, aunque sea el estar perdidos. Perdete y mira el cielo. El cielo es grande y vos una mierdita con los pies pegados al suelo y la cabecita flotando como un globo con helio. El hilo de algodón atado en el cuello te salva de que no te vueles por completo.
Tengo un años más. Y cada 13 de octubre me siento más grande pero, a la vez más chiquitita. Es loco darse cuenta como diferentes partes de vos crecen, sin sincronía, siguiendo nada más las ganas de la naturaleza. La naturaleza de la ciudad. Algunas partes crecen, la esencia trata de quedarse y perfumarnos el alma.
Vivir es EL proceso. Siento que son lo mismo.
No soy extremista, no voy ni vuelvo. Me gusta que la gente vaya, solo si vuelve. Quedate un rato y después andate.
No quiero levantar polvo para no ensuciarme. Pero mi mente vuela, levanta el piso y se ve el infierno desde acá. El cielo y el infierno como un vaso de agua y aceite emulsionados.
¿Emulsionados?
Por suerte las personas nunca emulsionan. 'Nunca digas nunca'. Por suerte las células no se unen a otras, va... ¿si nos trasplantamos los cuerpos?
Hay que escribir, hay que mirarnos desde afuera. Miremos otras perspectivas, hay millones o ninguna. Hay que pensar y devolverle la mirada al cielo que siempre nos observa.